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La publicidad exterior ha resurgido como una oportunidad estratégica hoy en día. ¿Por qué considerar algo del pasado en una era dominada por lo digital? La respuesta radica en la saturación del espacio digital y la creciente feroz competencia por la atención del consumidor. La atención de la gente siempre ha valido oro y conseguirla a través de redes sociales es cada vez una lucha más severa contra miles de marcas buscando el mismo objetivo “relevancia”.

Vamos… no estamos hablando de algo totalmente nuevo, es bien sabido que la digitalización ha revolucionado la industria publicitaria desde ya hace mucho tiempo… pero por alguna razón el ecosistema digital se siente cada vez más saturado. Nos hace extrañar esa publicidad en las calles que se combinaba de manera auténtica con la vista urbana. Ver esos asombrosos diseños en las paradas de camiones o incluso hasta en los mismos camiones. De eso se siente cada vez menos…

Aun así, destacar siempre es y será importante. Muchas marcas ya están atacando canales de comunicación diferentes a los digitales. ¿Te hiciste la pregunta?

¿Qué pasaría si pudiéramos combinar lo mejor de lo digital con el mundo real?

Las vallas publicitarias digitales han redefinido la narrativa, superando a sus contrapartes estáticas al permitir la rotación de anuncios, ofrecer experiencias XR (realidad extendida), desatar tácticas guerrilla y proporcionar una adaptabilidad en tiempo real.

Este cambio ha dado lugar a una publicidad más dinámica, atractiva y memorable, brindando una nueva dimensión a la promoción de productos y servicios.

La versatilidad de la publicidad exterior no conoce límites, y diversos sectores pueden beneficiarse de su impacto. Desde abarroterías hasta farmacias, cibercafés, supermercados y negocios locales, todos y todas las marcas tienen la oportunidad de aprovechar todos los canales de comunicación disponibles. Una bonita chispa de creatividad podría lograr cosas memorables.

Pero por otro lado también te entiendo, muchos creemos que solo las grandes marcas tienen acceso a este estilo publicitario ya que es bien sabido que el posicionamiento de marca tiende a ser costoso pero…

¿Qué pasaría si pudieras lograrlo con pequeñas dosis de material pop estratégicamente ubicado?

Tomemos de ejemplo nuestros kits de publicidad sobre recargas telefónicas que le otorgamos a puntos de venta. Posters, lonas y más…, ¿podrían estos kits evolucionar aún más? ¿Contar más historias? ¿Transmitir más emociones?

Imagina una experiencia donde estos kits contienen elementos digitales, como una proyección en realidad aumentada que te muestra una historia sobre Telcel al apuntar a su logo o qué tal un resumen de las ofertas comerciales de tu compañía telefónica favorita…

Sería genial…

En lo personal el material físico nos gusta pero realmente hay datos que lo refuerzan. De hecho, se estima que el 70% de los consumidores hacen una compra impulsiva después de interactuar con una promoción de pop-up.